martes, 30 de diciembre de 2008

Anata...


Cómo es posible,
que con tanto vacío
pueda llenarme algo,
que nunca había imaginado?

Cómo es posible,
que con tanto frío,
esta vez, gane el calor...
descongelando mi corazón?

Y lo sentía latir,
y su herida se volvió gris...
Podía sentir un cambio
repentino en mí,
pero no quise admitirlo
para no sentirme desprotegida...

Anata, desde que llegaste,
hiciste estragos en mi desierto...
acabando con la decadencia que me carcomía,
tapando cada una de mis heridas...

Anata, desde que llegaste,
podía sentir un cambio
repentino en mí,
pero no quise admitirlo...

Y seguro alguien me escuchó
cuando maldecí aquél día,
en el que no quise volver a sufrir,
y alguien te envió en nombre del amor...

A dónde te vas tan pronto?
por favor, quédate a mi lado...
sólo por este invierno...
y haz que el doloroso frío,
no atraviese mi débil alma...

Podía sentir un cambio
repentino en mí,
y fue ahí,
que decidí no alejarte de mí...

Anata, desde que tocaste mi piel,
has devuelto el calor a este
cuerpo frágil...

Anata, desde que mis labios besaste,
lograste devolverme la vida,
que tan perdida estaba...

Podía sentir un cambio
repentino en mí,
y decidí
no alejarte de mi vida...

Y debo admitir,
cuando maldecí aquél día,
alguien te envió en nombre del amor...

Anata, a veces te extraño,
y desearía que estuvieras aquí...
Anata, desde que me abrigaste,
extraño tu calor...

Puedo sentir un cambio,
Anata, llegaste a mí...
Y,
deberé de estar agradecida,
cuando maldecí aquél día...
y alguien te envió,
en nombre del amor...

28/07/08

No hay comentarios:

Publicar un comentario