martes, 30 de diciembre de 2008

Reminiscencia...

Un efímero sabotaje a su memoria. Sumido en el tumulto de sus pensamientos – aborrecedores, no miento, pero dolorosos por cierto - , abombado, por esta espera sinfín.

Sus recuerdos, nuevamente, atizan apuñaladas en marcas que apenas estaban cicatrizando – pues nunca había logrado olvidar- . Aquél recuerdo, un acto morboso.

Memorias…aún, perturban a aquellos ojos, con lágrimas que ha de soltar.

Hoy, derrama el recuerdo.

¡Bendito sea el recuerdo imborrable!: no existe el olvido.

¿Qué es el olvido acaso? no es algo más que una existencia abstracta - ni siquiera eso - una existencia inexistente. Invocada por el mismo miedo – a recordar – dejando huecos – pero no vacíos -, y viviendo una calumnia: “ya olvidé”.

Y esos recuerdos que le dan espasmos a tu corazón. Y esos ojos perdidos que buscan encontrar aquella mirada que un día te cautivó. Y esa envidia que de a poco crece y me carcome, y esas palabras dolorosas que se hacen eco en mi corazón y destruye de a poco mi existencia en ti, me ahoga de apoco en un manantial inerte, que luego mutila por demás.

Reminiscencias, pasarán. Olvidar nunca lo harás, es imposible extraer toda aquella sangre contaminada por el veneno. Pronto me convertiré en algo inerte. Porque nunca lograré lo que aquellos ojos hicieron contigo.

No quiere decir, que aquí me quedo. Ni que en tus recuerdos me ahogaré, pues me quedaron retazos de un corazón descosido para amar y proteger…

Y no negaré, la envidia que me causa, el simple hecho de no conseguir aquél lugar que tanto anhelo: No puedo ni competir con su recuerdo…


14/12/08

No hay comentarios:

Publicar un comentario